Aprendí a nO purgar lo que ahora ya ni mirO.

Deja de perseguirme...para llorar mientras le corto las venas al dolor...
deja de humillarme...delante de los que tratan de hacerme feliz...
Yo no estoy bien....tal ves deba sacar lo que me hace sentir culpable...
Aunque duela en el alma...Vale la pena para ser feliz
La culpa no se ira hasta que regrese lo que he comido
Ahora lloro...me duele la garganta y me siento limpia...
la culpa rodea la casa pidiendo perdón por no haber estado conmigo para decirme que no lo hiciera.
Así me paso todos lo días Mientras la culpa se come mis intestinos y mi corazón
Ojala muera de dolor y no de taquicardia por un vomito incomprendido...
Ahora todo se acabo...aprendí a no purgar lo que ahora ya ni miro, El hambre me esta matando y el frio me mira con su cara pálida.
Ahora me como las miradas que no me das, Ahora vomito tus palabras de amor, Ahora la culpa de no decirte la verdad me hace morir día a dia, Aunque este viva por fuera soy polvo e historia por dentro...
La sepultura de mis recuerdos, la sepultura de mis sonrisas, La sepultura de la inocencia...La prepara mi agonía.

Absolutamente nada era relativo.

Aquello se volvía una necesidad,algo que no podía dejar atrás,
no era imposible,pero lo había convertido en algo tan parte de mi, difícil de desterrar de la mente.
Ver la sangre recorrer mi piel era terapéutico para mi alma que agonizaba de dolor, quizás era algo macabro pero igual ayudaba, el dolor físico se hacia mísero en comparación con aquello que me estaba llagando por dentro.
Habían pasado varios días, no los suficientes para que se pudiera decir que lo había superado, el consecuente síndrome de abstinencia profetizaba una pronta recaída; el encuentro con el filo hiriente acompañado de aquel color carmín parecía inevitable.
Miradas acusadoras hacían alejarme y guardar con recelo la razón de las heridas ,míseras en comparación con la laceración del corazón, convertí mis actos reparadores en algo intimo, oculto y exclusivo , solo para mi y mis instrumentos de tortura